sábado, 4 de noviembre de 2017

magnétisme

Somos un fenómeno. Uno de esos a los que la ciencia no es capaz de dar sentido. 
Somos sensaciones, de esas que te ponen los bellos de punta. 
Somos sentimientos, de esos que te quitan el aliento de golpe. 

No podemos ver el punto medio; somos radicales. Radicales en sentirnos, radicales en querernos. Como si fueses agua y yo fuera sed. Lo nuestro es primitivo, es puro instinto. 

Tú y yo. Yo y tú. Siempre huyendo del magnetismo, de lo obvio; de nosotros. Porque hay personas que te arrasan por dentro, que te desarman por completo y no eres capaz ni de verlo venir. Porque es imposible de predecir. Porque es química. Porque eres tú


sábado, 30 de septiembre de 2017

18:11

Paso sentimiento
Voy a empezar destacando que no te quiero. Lo digo porque sé, admito que incluso por experiencia, que algo en nosotros nos hace salir corriendo cuando vemos los sentimientos tan de cerca. Pero esto no va de eso.

No es por ti, es por mí.
Y no es un tópico.
Y sí, también tiene que ver con lo de siempre.
Con daños que hicieron otros, con heridas que siguen abiertas, con miedos que nada tienen que ver contigo, con mentiras que dijeron otros, con historias que no son la nuestra.

Así que no, no es tu culpa. Y aunque sea por mí, tampoco es la mía.
No me debes nada. No tienes que pensarme. No tienes que preocuparte. No es por ti.
Pero hay cosas que no quiero volver a vivir. Hay situaciones que no quiero volver a repetir. Y esta situación está conduciéndome hacia un escenario en el que he estado muchas veces. Y no es el bueno.

Y te entiendo. Ahora quieres jugar. Y estas en todo tu derecho. Pero yo también estoy en mi derecho de no querer jugar. O al menos de retirarme a tiempo. Y no quiero frenarte, porque tienes todo el derecho a ser tú, sin tapujos. Sin límites. Sin compromisos.

Pero yo sí tengo límites. Y he dejado pasar cosas. Podías besar otras bocas, pero hay besos que no se dan. Hay personas que no se deben elegir. Y tú has elegido a una.

Y al mismo tiempo, me has hecho elegir a mí.


jueves, 14 de septiembre de 2017

preuve

Neguemos lo evidente.
Neguemos que nuestras bocas alguna vez se quisieron tocar.
Neguemos que nuestras miradas se han cansado de buscarse.
Neguemos que tu tacto pudo hacerme perder la cordura.
Neguemos que el magnetismo sigue intacto, después de todo.
Neguemos que el alcohol nos ha jugado malas pasadas.
Neguemos que alguna vez nos hemos quedado con ganas de más.
Neguemos que nos olvidamos a veces, pero nos recordamos todo el rato.
Neguemos que estamos hartos de jugar a negarnos.
Neguémoslo todo.
Neguémonos.

jueves, 10 de agosto de 2017

De repente, 
llega un día en el que es otra piel la que agranda tus pupilas,
son otros dedos los que rozan tu prosa 
y es otra boca la que conjuga tus rimas.

sábado, 29 de julio de 2017

ext(...)asis

La música está alta, pero no lo suficiente como para callar mis pensamientos. Sus manos en mi cintura, mis dedos recorriendo su mandíbula. La gente baila pero no nos roza, como si todos se hubiesen puesto de acuerdo para regalarnos ese momento. Como si todos pudieran escuchar la velocidad de mis latidos y supieran que podría descarrilar en cualquier momento. No comprendo cómo hemos llegado a esto, pero aquí estamos. 

Él sonríe en mis labios, y yo bebo de él. Respiro en su cuello, memorizo el tacto de su boca. Intento captar el momento lo mejor puedo, intento guardarlo conmigo. Intento hacer lo que sé que no seré capaz de hacer con él: retenerlo conmigo.
Sus manos suben y bajan, las mías se dejan llevar a pesar de su torpeza. No escucho nada más allá, ni si quiera soy capaz de reconocer cuál es la canción que está sonando. Es como si el silencio se hubiera hecho con todo.

Solo le veo a él, perdido pero a la vez tranquilo. Me mira, y pienso en lo que me gustaría ser la única a la que mire tan de cerca. Y vuelve a sonreír, pero no es cualquier sonrisa, es una sonrisa de las suyas. Una sonrisa que amenaza con jugármela, que me tienta y me desafía al mismo tiempo. Y yo, que a veces soy un poco temeraria, se la beso otra vez

martes, 30 de mayo de 2017

effrayé

Siempre has sido un cobarde con las palabras. Eres de actos, y en su mayoría son contradictorios. Porque así eres tú, contradictorio en toda tu esencia. 

Dices Vete, pero nunca terminas de soltar mi mano. 

Dices Lo nuestro no puede ser, pero nunca das por terminada nuestra última oportunidad.

Dices Soy feliz sin ti, pero nunca he visto tu sonrisa tan ancha como cuando me la dedicas a mí.

Dices He pasado página, pero tu corazón sigue temblando cuando me rozas.

Dices He encontrado a alguien, pero es a mí a quien buscas cuando te pierdes. 

Y, sobretodo, es a mí a quien buscas cuando te encuentras. Cuando eres tú, sin añadidos. Cuando eres contradictorio, engreído y sensible. Cuando vives sin miedo y te olvidas de lo que se espera de ti. Me buscas y me encuentras. Porque no te juzgo, porque siempre he sabido quien eres. Porque dentro de ti sabes quienes somos cuando somos. Cuando estamos siendo nosotros, sin añadidos. 

Que dos pieles nunca se han erizado tanto ni tan bien. Que dos miradas nunca se han conjugado de una forma tan bonita ni tan transparente. Que dos bocas nunca se han retado tanto ni tan mal. Y que dos corazones nunca han luchado tanto por una batalla perdida.



domingo, 16 de abril de 2017

dócha

Supongo que siempre te viste ganador, y no te culpo, yo nunca pensé que podías perder. Supongo que ambos siempre creímos que iba a ser yo quien esperara a que volvieras.

Pero sé que fuiste, que no me viste. Que me buscaste entre la gente, que esperabas que estuviese ahí. Pero no me encontraste. Porque no estaba. Porque no fui. 

Supongo, porque lo sé y te conozco, que me buscaste en otros ojos, en otros labios, en otras manos. Y no te juzgo, porque sé lo que es querer encontrarte en otros brazos.

Y supongo, y espero suponer bien, que nos encontraremos. Quizás no hoy, tampoco mañana, pero lo haremos. Siempre lo hacemos. Solo espero que esta vez sea diferente, y que no nos encontremos solo para volver a perdernos.

pd: supongo que esta vez gano yo

viernes, 3 de febrero de 2017

martes, 10 de enero de 2017

Anoche pasé por tu portal.
Como siempre, intenté mirar hacia otro lado para convencerme a mí misma de que era capaz de no buscarte, porque buscarte significaría que parte de mí espera que vuelvas,
que volvamos.
Y cuando creía que podía hacerlo, me sorprendí encontrando tu moto aparcada tal y como solía estarlo bajo mi casa.
Entonces crucé. Y no estabas.
Lo sé porque miré.
Te busqué.