Turbulencia por recuerdo.
Compré los billetes sin mirar antes el tiempo,
y ahora la tormenta no nos deja aterrizar.
Turbulencia, turbulencia, turbulencia.
Y tú tan lejos.
¿Era así como nos querían?
Arrinconados en nosotros mismos,
sin ser capaces de traspasar nuestras propias pieles.
Todos se asustan y gritan.
Yo te miro,
despeinado pero serio.
Ya me conoces, yo siempre he sido más de gritar para adentro.
Turbulencia, turbulencia, turbulencia.
¿Es justo arriesgarse a volar para esto?
Turbulencia por lo siento.
Por beso.
Por cobardía.
Por no tenernos.
Turbulencia, turbulencia, turbulencia.
Y al final,
siniestro.