viernes, 31 de enero de 2014

mejor echar de más y querer de menos

Si hay algo que se me dé bien, es perder el tiempo y salir perdiendo. Siempre queriendo de más y echando de menos. Lo que daría yo por echar de más y querer de menos. Quién me mandó a mi a querer siempre a tope y a perder la chuleta donde tenía apuntado cómo se frenan a esas mariposas tan pesadas. Me siento como en un examen de historia en el que todos escriben menos yo. ¡Venga ya! No basta con escuchar en clase, ni mucho menos. También tienes que tener la suerte de que te toquen las preguntas que mejor te sabes. 
Pues eso me pasa a mi siempre en la vida. Intento encajar algo, esperando esa vez tener un poco de suerte, y no hay pieza que encaje conmigo. No hay manera. No sé ni de donde sacan las preguntas del examen. Y no entiendo como todos encuentran piezas con las que, más o menos, encajan. O a lo mejor es que conmigo no quiere encajar nadie.
Otra cosa que no se me da bien, aunque creo que en esta no soy la única: ¡cómo cuesta creer que alguien que parece querer a muchas solo te quiera a ti! 
Supongo que esa sería la única pregunta que solo los empollones responderían en el examen. 
Pero dejemos los exámenes siendo exámenes y no metáforas, y volvamos al tema real:
que querer de más y echar de menos, es una mierda.

domingo, 12 de enero de 2014

nice to meet you [again]

Hablan de lo jodido que es quererse a distancia de todo corazón, pero creo que no saben lo que es estar a menos de un metro y saber lo distanciados que están vuestros corazones. 

A veces te veo pasar por delante y me digo <<Hostia, este tío me suena>>.
Pero solo tardo una milésima de segundo en reconocer esa cara, <<Ah, ya caigo>>.

Cómo personas tan cercanas pasan a no ser capaces de reconocerse en cuestión de 24 horas. 

Que todos conocemos de puta madre esas miradas que dicen <<Yo te conocía>>

Y es una pena que nos olvidemos de aquellos que nos han dado tanto para recordar.

hey bye

Sabía muy poco y aprendí muy rápido. Quizás ese fue el pistoletazo de salida que dio comienzo a todo esto. Quererte me hizo aprender que no solo los golpes físicos duelen. Que una herida en el corazón duele el doble que una en el codo izquierdo.
Quizás aún no he querido a nadie como te quise a ti. Cuestión de tiempo. Las cosas pasan y los clavos que se quedan tan clavados como tú también.
Sigo avanzando, pero ahora lo hago con pies de plomo. Nunca sabes qué te puedes encontrar a la vuelta de la esquina. ¿Quién dijo que la vida era fácil? Seguramente nadie. Es una mentira demasiado descarada.
Poco a poco me he dado cuenta de que lo único que echo de menos de nosotros es a mi misma. A cómo me sentía contigo. A cómo era. Pero eso es todo, no te echo de menos ni a ti ni a tus putadas. Ni siquiera a tu lado bueno. ¿Y sabes qué? He aprendido lo más importante, que sin ti, vivir no es tan difícil como creía.

Pero aún así,
cuídate