viernes, 28 de febrero de 2014

gml

Sabía que me querías, pero solo a ratos. Me hacías necesitarte, pero luego te ibas. Sé que teníamos algo, pero supongo que nunca fue suficiente. Cuando me mirabas, sentía que podía comerme el mundo, que podía volar hasta lo más alto del Everest. Siempre supe que intentabas esconder lo que sentías, pero tus ojos siempre te delataron. ¡Habría hecho cualquier cosa, con tal de que te quedaras a mi lado un segundo más! Soñaba despierta con tus besos y sentía que me moría cada vez que creía que te perdía. 
Creo que hoy, solo puedo pedirte perdón. Perdón por no haber tenido el valor suficiente para quererte como te merecías. Perdón por no haber tenido el valor de pedirte que te quedaras. Perdón por no haber hecho nada, cuando vi que te alejabas. 
Pero yo no te perdí, ni tú me perdiste a mi. Nos perdimos. Ambos. Mutuamente. Sin despedida, de repente. 
Así que amigo, esta ronda, va por nosotros. Por ti y por mi. Por todo lo que fuimos y ya no somos, ni seremos. Por mi cobardía y por tus meteduras de pata. Pero sobretodo, esta ronda, va para olvidarte

lunes, 24 de febrero de 2014

feel you

Te siento en todos lados. Te veo en los ojos de la gente, en sus sonrisas. Te siento cuando río y no puedo parar. Te noto a mi lado cuando camino por la calle, y te noto a mi lado cuando me tumbo en la cama. Te siento cuando abrazo a alguien. Te siento cada vez que el viento sopla, y te siento cada vez que el Sol me ciega y me da ese calor que tanto echo de menos en invierno. Te siento en el olor a primera, y en las hojas que caen en otoño. Te siento a donde quiera que vaya, sin importar el cuándo o el dónde. 
Pero al final del día, cuando todo se esfuma, cuando cierro los ojos, desapareces. Dejo de sentirte. 
Y lo sé. Siempre lo he sabido. Tú nunca has estado ahí. Nunca estarás ahí.

jueves, 20 de febrero de 2014

rebel

¿Nunca me has echado de menos? ¿De vedad nunca has pensado en cómo habría sido todo?

En realidad, nunca ha hecho falta que me respondieras. Siempre he sabido que sí, que has pensado en mi, que has dudado. Siempre me ha dado igual que lo negases, y tú siempre has sabido que lo sé. Que sé que me quisiste pero no tuviste el valor de asumirlo. Sé que quisiste cambiar, pero nunca lo conseguiste. Supongo que es difícil cambiar a alguien como tú. Pero tengo que darte las gracias, porque no cualquiera hubiese intentado cambiar por mi.

''él''

Me han dicho miles de veces que si no soy su ''ella'', es que él no es mi ''él''. Pero yo siempre les contesto que si no es él, no podría serlo nadie más. Estoy segura, de que lo que me provoca su mirada no me lo podría provocar ninguna otra, y de que un una caricia en mi mano derecha nunca me hará sentir tanto. Estoy segura, de que las mariposas de mi estómago nunca volverán a sacudirse de esa forma, y que sus gestos más insignificantes no podrían significar más. Estoy segura, de que nunca se me hará tan duro tener a alguien tan cerca y no poder rozar su brazo. Y estoy segura, de que mi corazón nunca volverá a latir tan rápido como lo hace cada vez que me mira.

Él, ¡vaya pronombre! Es un pronombre personal, tan personal que todas tenemos uno. Es algo muy curioso, cuando digo ''él'', todas pensáis en vuestro propio ''él''. Porque todas sabemos perfectamente en quién pensar cuando lo escuchamos, ¿verdad? Pues bien, él es mi ''él''. Pero para él, yo no soy ''ella'' y, lo más seguro, es que no lo sea nunca. 

martes, 18 de febrero de 2014

Una caricia, un escalofrío. Sentirte al 150 y que me cueste frenar. Si el límite está en 120, ya me pueden arrestar. Perderme en tus ojos y escuchar tu voz en todas partes. Admirar cada gesto que haces, hasta el más insignificante, y descifrar tus miradas y enamorarme de tu sonrisa. Que dejes tu mano en mi espalda y sentir que no hay lugar en el que estaría más segura. Que me coloques el mechón que se me descoloca cada dos por tres y que el corazón se me acelere. Me siento como un coche al que le han cortado los frenos. ¿Porqué sujetar tan fuerte a alguien a quien no te importa soltar? Y lo que cuesta, querer creer en alguien que ha perdido tu confianza de tantas formas. Querer a alguien que te hace más fuerte pero, a la vez, mucho más débil. 
Pero, a decir verdad, me pasaría la vida entera queriéndote así. Con tus idas y venidas, con tus sonrisas y tus reproches. Hasta seguiría queriéndote si te fueses y nunca volvieses, eso sí, viviría toda la vida echándote de menos. Y a aquel que apostó por que te querría, decirle, que ha acertado de pleno.