domingo, 4 de septiembre de 2011

Eres el berdugo.

Me ha dicho que me quiere, que no quiere perderme, que quiere que lo hablemos y que lo arreglemos. ¿No podías guardartelo para tí? Te he dicho que vayas a por él, que seáis felices, que no miréis atrás. Que estéis juntos siempre y que no sufras por él nunca. He dicho cosas que no sentía para que luchases por él y le hicieses feliz por mí. Para que le dieses todo el amor que yo no podré darle nunca. Solamente por eso te ayudaré. Por eso y porque tu eres el berdugo que me echará de este cuento y me lo cerrará con llave. Pero tenías que decirlo, tenías que despegar un trozo más de mi corazón. Tenías que clavarme una aguja más. Tenías que hacerme derramar una última gota con el nombre de despedida. Hazle el más feliz, por favor. Solo así sentiré que dejartelo todo en tus manos ha valido la pena. Y ahora, te toca; Berdugo, adelante...

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