martes, 12 de julio de 2011

¿Paramos ya o qué?

La vida nos maltrata, nos tortura. Cuando estamos mal, nos engaña. Nos hace felices, muy felices, y entonces creemos que nadie nos va a poder quitar esa felicidad, y entonces... ZASCA ! Nos la quitan, dejamos de sonreír, nos hundimos, nos vamos desmoronando creyendo que ya nada puede ir peor. 
Y entonces pasa, todo, absolutamente todo va a peor. 
La estrategia de la vida para jodernos es esa mierda llamada amor. Cuando estás feliz es cuando aparece alguien, ese que triplica tu felicidad con solo una mirada, que te dice cosas bonitas, que te hace creer que le importas, que hace que te aferres a él... Y luego, todo se vuelve una mierda, porque sin saber porqué ese alguien se va alejando de tí y cada vez está más cerca de hacerlo por completo.
Y ahí te das cuenta de que le importabas una mierda, de que lo más probable es que nunca te haya querido lo más mínimo. Te derrumbas. Pero mantienes encendida una última esperanza de que había algo especial en su mirada cuando te miraba, te lo repites mil veces cada día junto a un ''Lo sé''


Pero luego vuelves a la realidad, a la asquerosa y cruel realidad. Y dejas de engañarte, sabes que todo fue una puta farsa,  que tú solo fuiste un juego fácil,  que tu solo eras una más que cayó... Y te afecta darte cuenta, porque te hundes del todo. Te encierras en ti misma y no estas dispuesta a seguir adelante. Te juras que nunca te pasará otra vez, que nunca lo volverás a pasar mal, y que la próxima vez tu corazón no se equivocará.
Pasado el tiempo, comprendes que ya todo pasó, que las cosas solo pasan una vez y esa vez pasó, y por eso estás preparada para volver a verle, pero no estás preparada para escuchar que está pillado por otra en boca de su amigo. Entonces te toca sonreír falsamente y decir un ''Me alegro'' también falso, y cuando estás sola, te vuelves a sentir mal. Porque estás dispuesta a no tenerle, pero no a que lo tenga otra, eso no. Sabes que si pasase te morirías por dentro, no podrías vivir tranquila, y crees que por mucho que duela lo mejor es borrar su número de tu lista de contactos, borrarle del tuenti, del facebook, de todo. De tu puta vida. 
Y entonces, lo más curioso, es que le das a borrar. Y el móvil te pregunta, ''¿Estas segura de querer borrar este número?''. Y cuando colocas tu dedo en el sí, y estas a puntito de pulsar ese botón desgastado del móvil, una persona llama a otra que justamente solo le cambia la letra inicial y se apellida justo igual que esa persona. Y entonces, bobamente y a pesar de todo lo que has pasado, al escuchar ese nombre, sonríes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario