martes, 26 de julio de 2011

Érase una vez...

Fuiste el que lo empezó todo, pero ya no te acuerdas de cuando todo empezó.
Un día siete, del mes de mi cumpleaños, no sabía que vendrías con mi amigo, pero viniste, aparecí con mi amiga detrás de unos matojos, nos escondíamos para saber con quien venía nuestro amigo, salimos y os dimos dos besos a cada uno. Más tarde nos sentamos en un banco, seguro que no recuerdas que me empezaste a tirar bolitas del árbol sin apenas saber mi nombre, y ahí, justo ahí, con un cruce de miradas y dos carcajadas unidas, empezó el juego. Mi amiga y tu amigo se fueron juntos, tu y yo nos quedamos en el banco, después yo me fui con mi amiga y tu te quedaste con él. Aquel día, cuando aún ibamos por las primeras casillas, los dos reímos juntos, y yo fuí yo. Pero esa noche, empezaste a coger ventaja. Empezaste a hacer trampas, a engañarme con bonitas palabras, y sí, yo caí, y eso me hizo volver casillas atrás y a ti te ayudó a avanzar. Yo me cegué. Empecé a caminar hacia atrás creyendo que allí estaba la meta. Mientras tú seguías engañándome. Yo creí que ya había algo, me ilusioné con ganar. Y justo cuando mi sonrisa era más grande, llegó la decepción. Lloré, me hundí, me caí, y me propuse olvidarte para ganar este juego. Me llené de rábia y de odio. Desde aquel momento, empecé a odiar aquel número, aquel siete, el puto día en que te conocí. Y ahora, ahora sigo enamorada de tí, en secreto, odiándote y amándote al mismo tiempo, sonriéndote a veces solo por cortesía, intentando echarte de mis sueños en los que sueles aparecer, pidiéndote el corazón que me robaste, y mientras tanto, avanzando poco a poco, casilla a casilla. Ahora estamos en la misma casilla, estamos como en el principio. Yo prefiero rendirme, pero eso es en el fondo, porque me encantaría ganarte, así que, voy a ir pillando ventaja, mi amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario