Vacía,
con el corazón hueco
y risa convertida en hielo.
Tan vacía como el que no sabe perdonarse,
como el que conoce el agua salada demasiado bien.
Y al mismo tiempo
Llena,
con rebeldía en la mirada
y fuego abrasador en el pecho.
Tan llena como el que quiere a quien no debe,
como el que guarda demasiado dentro.
Vacía y llena,
yo.
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