domingo, 25 de agosto de 2013

¿Qué hacer cuando te encuentras cara a cara con el pasado? ¿Qué pasa cuando la luz y la oscuridad se encuentran? ¿Qué pasa cuando vuelves a tener delante de tus ojos aquello que deseaste hace tanto tiempo? ¿Ganan los recuerdos del pasado a la fuerza del presente? Un cruce de miradas que tan solo dura unas milésimas de segundo y lo ralentiza todo. Un silencio que lo tensa todo. Una indiferencia que lo dice todo.
Y mientras pasamos uno al lado del otro como si de dos desconocidos se tratase, algo en mi se rompe. Me siento vacía. Siento ese nudo en la garganta que todos conocemos. Y me doy cuenta de que me estoy hundiendo. Y por un momento quiero dejar de aparentar que soy fuerte. Quiero llorar. Delante de ti y de todos. Quiero que todos vean cómo estoy por dentro. Que todos sepan cómo me siento. Pero eso solo es por un segundo. Porque de repente ya has pasado por mi lado. Ya no te tengo delante. Ya no te tengo cerca. Y sé que también has sentido algo. Sé que, por un momento, lo has echado de menos. Y no hace falta que me lo digas. Porque lo sé. Porque siento tu mirada en mi después de haber pasado por mi lado. Y porque sé que tu también sientes mi sonrisa mientras te doy la espalda.

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