viernes, 15 de febrero de 2013

Expulsas el humo. Otra bocanada. Y luego repites el proceso hasta que el cigarrillo se acaba. Quizás no sabes que solo eres otro idiota más con un cigarro en la mano. Te observo. Esa sonrisa descarada no abandona nunca tu cara, no sabes cuanto la odio. Para ser exactos, odio cada centímetro de tu piel, no sabes cuanto. Tu sonrisa arrogante y los hoyuelos que te salen en cada mejilla. Odio tu seguridad y que siempre hagas como si nada te asustara.                      Eres justo el prototipo de tío del que nunca me he querido fijar. 

2 comentarios: