domingo, 6 de noviembre de 2011

die

Ayer vi algo nuevo en tus ojos, algo que me encogió el corazón y que hizo que un escalofrío recorriese mi cuerpo. No era algo bueno, tuve miedo. Hice todo lo posible para que tus ojos mirasen los míos, apenas lo hicieron un par de veces, pero cuando lo hicieron vi que, por primera vez en mi vida, tus ojos no me demostraban nada. Por primera vez dejaste de mirarme con ese cariño que caracterizaba nuestras miradas. Ese echo hizo que quisiera morirme en aquel mismo instante. ¿Porqué no me mirabas como siempre? Siempre supe que tu y yo nunca estaríamos juntos, pero nunca creí que tus pequeños y preciosos ojos algún día dejarían de susurrarme te quieros. Te puedo asegurar que fue un duro golpe. Que aún me pregunto porqué cambiaste conmigo, nos teníamos a un metro, y ni siquiera hubo un roce. Todo aquello me mataba por dentro. Creo que ayer fue realmente cuando lo único que nos quedaba, nuestro juego de miradas, acabó. Tengo la sensación de que tus ojos nunca más me mirarán con ese brillo especial, y eso me mata por dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario