Lo que más echo de menos son tus mentiras. Diós, adoro tus mentiras... ¿Que por qué, si al fin y al cabo son mentiras? Pues porque me hacen sentir bien y me hacen ser feliz. Son como el combustible que me hace avanzar, seguir adelante. Realmente hay veces en que me gustaría dejar de escucharlas, solo me hacen volverme más adicta a ellas, a tí y a todo lo que te rodea.
Esto debería ser ilegal, querer tanto debería ser ilegal, y más querer como un perro, porque eso ya mata. Afecta directamente al corazón, y eso debe de ser grave. Posiblemente por eso algunos científicos llaman enfermedad al amor. Bien, pues definitivamente, estoy totalmente, y mortalmente, ''ENFERMA''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario