domingo, 25 de septiembre de 2011

Juramos un para siempre.

Dijimos para siempre, y aunque no pongamos de nuestra parte, parece que la vida nos obliga a cumplirlo.
Ni tu me quieres ver; ni yo que quiero ver, tu me quieres olvidar; yo te quiero olvidar, yo quiero pasar de tí; y tu quieres pasar de mí. ¿Sabes cual es el problema? Que tu tampoco puedes hacerlo. Sentimos que queremos olvidarnos de que el otro pasó por nuestra vida. Pero luego, cruzamos la mirada, y recordamos que algún día nos hicimos felices el uno al otro. Entonces sonreímos por dentro, y sabemos, que al fin y al cabo no nos odiamos tanto como parece. Todo hay que decirlo, nuestro fallo fue que nos rendimos antes de intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario